Se trata de una mirada fotográfica a través de cien retratos de los últimos integrantes, personas anónimas y alguna que otra celebridad de unas subculturas que pueden pertenecer a otro tiempo, pero que se resisten con insistencia a desaparecer.
Ecstasy & Wine es una reliquia para aquellos fotógrafos que aman las culturas juveniles que nacen en las ciudades y crecen en las pistas de baile. En el libro, Felipe Hernández desafía las líneas temporales con una mirada inteligente que nos recuerda que la actualidad es una nostalgia del pasado, y la fotografía una resistencia al olvido.